Nobel de Economía ve complejo un mismo salario mínimo para todo Chile
El director del Centro de Economía Laboral de Berkeley dice que es clave pensar en los trabajadores independientes e informales, y preguntarse siempre cómo les afecta a los que están “en la parte más baja del mercado laboral”.
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Eran las 2 de la mañana. David Card estaba en la ducha, acababa de volver de visitar a su mamá en Canadá. Su esposa le dijo que había un mensaje extraño en el contestador e inmediatamente pensó que era una broma de un amigo. Pero el mensaje venía desde Suecia: lo llamaban para avisarle que había ganado el Premio Nobel de Economía este año.
El académico de la U. de Berkeley y director del Centro de Economía Laboral de la misma casa de estudios fue reconocido por la Real Academia de Ciencias de Suecia por "sus contribuciones empíricas a la economía laboral". La otra mitad del galardón fue para los economistas Joshua Angrist y Guido Imbens, del MIT y Stanford, respectivamente.
Card es conocido por haber refutado -junto a Alan Krueger- que aumentar el salario mínimo tenía efectos en el crecimiento del empleo, lo que comprobaron con restaurantes de comida rápida de Nueva Jersey. También analizó el impacto de la inmigración cubana en el mercado laboral estadounidense.
Ante los reconocimientos, Card es modesto. "Te llaman en medio de la noche, es un poco raro", comenta.
Para él Chile no es desconocido. En 2009 lo visitó invitado por el académico Tomás Rau. "De vez en cuando hemos hablado de hacer algo (sobre Chile), pero no lo hemos logrado. Siempre disfrutamos de una buena copa de vino chileno", dice, y recuerda que su paso por el país estuvo en busca del Pinot Noir "perfecto".
"El Valle de Casablanca fue muy prometedor", dice, y suelta una carcajada al otro lado del Zoom.
Aunque no ha estado siguiendo de cerca lo que pasa en Chile, sí recuerda que el salario mínimo es un tema que se discute regularmente. "Cuando la gente mira la tasa de pobreza, presumiblemente también están tratando de hacer algo por el ajuste de cuánto cuesta vivir ahí. Ese es un tema muy difícil que el salario mínimo tiene dificultades para resolver", afirma.
- ¿Es la línea de pobreza un buen indicador para subir el sueldo mínimo en Chile?
- Hay muchos temas distintos relacionados con el salario mínimo. Una dificultad que tienen es que están tratando de establecer un salario mínimo para todo el país. Los empleadores de Santiago podrían tener problemas para encontrar trabajadores. Pero en la Patagonia, dado que el costo de vida es más bajo, la gente podría pensar que el salario es bueno. Tenemos el mismo problema en EEUU. Ese siempre ha sido un problema con el salario mínimo y es especialmente un problema en un país donde hay una variedad regional muy diferente. ¿Los salarios que podrían ser demasiado bajos para Santiago podrían ser muy altos en otros lugares? Eso es totalmente comprensible y podría pasar. Algunas personas dicen que si vamos a tener un salario mínimo, tal vez deberíamos combinarlo con algunos otros programas, como los de apoyo a los ingresos.
- Tenemos elecciones presidenciales el próximo mes y todos los candidatos están preocupados por subir los ingresos, pero cada uno tiene un camino.
- Tiene sentido, porque incluso si los efectos del salario mínimo en el empleo son pequeños o nulos -supongamos que no hay-, sigue siendo cierto que si aumentan los trabajadores con salario mínimo, los empleadores tienen que pagar más. Entonces, los empleadores también piensan "estoy perdiendo y ellos están ganando", y van a luchar por eso. Siempre hay dos lados.
- ¿Cada país tiene que pensar en una solución específica?
- Es muy específico. Tiene que ver con qué tan grande es la diferencia del costo de vida entre el lugar con el salario más alto y el más bajo. Sospecho que los trabajadores con salarios más bajos en Chile no están cubiertos por el sector formal. Trabajan como independientes y en zonas rurales. Por tanto, el salario mínimo no los afecta directamente. Tienes que tener ese tipo de cosas en mente. ¿Cómo está afectando el salario mínimo al sector informal, a las personas en la parte más baja del mercado laboral? Deberíamos estar pensando en ellos. Si crees que les ayudaría, entonces sería bueno. Esa es realmente una pregunta clave.
Más horas de trabajo
- ¿Está bien seguir pensando en la jornada laboral como un número de horas en cinco días a la semana?
- Sobre todo las personas en la mitad superior de la distribución salarial han estado trabajando muchas horas en EEUU. No me sorprendería que pasara lo mismo en Chile y otros países de ingresos medios y altos. En parte, hay una naturaleza competitiva en el trabajo: la gente que trabaja más horas tienen ascensos. Y en parte se debe a cosas como Zoom, que permite trabajar el fin de semana, un par de horas en la mañana o después del trabajo. Sospecho que eso seguirá así.
- ¿Qué viene ahora para usted? Ya ganó el Nobel.
- Tengo muchos papers que necesito terminar (ríe). Siempre estoy un poco atrasado.
Card cuenta que en Berkeley hay varios estudiantes de doctorado chilenos que trabajan temas de educación. La historia nacional le llama la atención: "Para alguien de un lugar como Canadá, toda la historia de Chile, con Pinochet, es muy difícil de imaginar. Lo encuentro realmente interesante".
El académico dice también que disfruta leer novelas de diferentes países: para él es una forma de intentar entender cómo los demás ven el mundo. En el caso de Chile, cuenta que ha leído "todo lo que he podido de Roberto Bolaño".
"Una cosa que está un poco abierta
es lo que va a pasar con la inmigración"
- ¿Qué le preocupa del mercado laboral pospandemia?
- En general, no trato de pronosticar lo que va a pasar. Una cosa que está un poco abierta es lo que va a pasar con la inmigración. ¿Cuánta van a permitir? ¿Qué grupos se permitirán? Con el presidente Trump, EEUU redujo la inmigración de muchas maneras. Sospecho que la mantendrán bastante baja. Los inmigrantes nunca son muy populares, y son realmente impopulares en este momento, por lo que incluso el presidente Biden no está haciendo mucho en materia de inmigración. Es algo sorprendente y frustrante para algunos de quienes lo apoyan (...) Una buena parte del crecimiento de la población de EEUU es por este tipo de inmigración. La tasa de natalidad es realmente baja ahora.
Va a haber muchas quejas por parte de la agricultura, porque dependen mucho de la inmigración. Si piensas en cómo hacen las cosas en Arabia Saudita, tienen inmigrantes, pero vienen en condiciones muy estrictas, trabajan para un empleador determinado, no pueden hacer otra cosa. A los empleadores les gusta eso, porque los trabajadores reciben salarios muy bajos. Así que va a haber una gran pelea.
- ¿Su preocupación por la inmigración es solo para EEUU? Porque en Chile también hay discusiones.
- Hay por todas partes. En Chile hay mucha desde Venezuela. En Gran Bretaña, por ejemplo, uno de los principales impulsores del sentimiento del Brexit fueron las preocupaciones sobre inmigración de la gente más conservadora.
- ¿Es una preocupación para las autoridades, empleadores y trabajadores de todo el mundo?
- Sí, algunos países han tomado una decisión muy fuerte. Japón, por ejemplo, tiene una población muy decreciente, pero han decidido que no van a tener casi nada de inmigración para compensarla. Entonces, aunque no tienen mucha gente, van a dejar que la economía se vaya haciendo más pequeña con el tiempo en vez de permitir inmigrantes, porque se sienten muy incómodos con los inmigrantes. Y creo que muchos países tomarán esa decisión. No sé cuáles, pero no me sorprendería ver eso.
"Las empresas van a tener que intentar
competir ofreciendo trabajos ligeramente mejores"
Card está mirando con atención la recuperación "muy interesante" del mercado laboral. "Durante 30 años nos movimos de alguna manera en la dirección equivocada. Pretendíamos que EEUU se estaba convirtiendo en un país pobre donde hay todo tipo de trabajadores poco calificados", relata.
"Los empleadores miraron a su alrededor y dijeron, toda esta gente está disponible. ¿Por qué no intentamos usar eso? Y eso es, en cierto modo, lo que es Uber", dice.
Muchos de estos "nuevos trabajos" de empresas de delivery se basan en la idea de que hay muchos trabajadores por salarios muy bajos, pero Card considera que eso no es sostenible a largo plazo.
- En EEUU quienes han renunciado a sus trabajos llegaron a 4,3 millones en agosto. ¿Es momento de subir los salarios?
- Durante mucho, mucho tiempo, los niveles salariales de los trabajadores con sueldos más bajos, menos calificados, las personas sin demasiada educación en EEUU se han ajustado en términos reales a la inflación y, simplemente, han estado cayendo o muy estables. Así que en realidad son más bajos que hace 40 años. Un trabajador promedio sin escolaridad gana mucho menos ahora que antes.
- ¿Se deberían subir los sueldos? ¿O hay otras inquietudes?
- Algunos de los peores episodios de contagio de Covid en EEUU han ocurrido en fábricas que procesan carne. Casi todos los inmigrantes de América del Sur y México trabajan en esas plantas en EEUU, reciben salarios muy bajos y trabajan duro. Las condiciones de trabajo no son muy buenas. Las empresas van a tener que intentar competir ofreciendo trabajos ligeramente mejores. No creo que vaya a ser un gran cambio, estamos tan bajos ahora en términos del nivel de vida de los trabajadores poco calificados... Un aumento del 10% en los salarios de los trabajadores poco calificados es como si nada para los con escuela secundaria, porque la relación entre los salarios de una persona universitaria y alguien que no terminó la secundaria está en su punto más alto. Podrían aumentar los salarios de los trabajadores poco calificados y un poco los costos para sus clientes, y no creo que vaya a importar mucho. Pero esa es mi predicción. No lo sé con seguridad.